Vaporizar, un concepto que toma fuerza
- Biovapo
- 9 feb 2015
- 2 Min. de lectura
Empieza a hacerse común el término vaporizar -vapear-, aunque nada nuevo tiene separar sustancias por temperatura, en este mismo instante miles de litros de alcohol son destilados para separar el agua del alcohol y obtener bebidas más puras en las fabricas del mundo entero.
Hemos fumado por milenios, pero hoy en día el conocimiento está al alcance de todos y a partir de ahora deseamos que vaporizar sea una opción, no un privilegio.

Entender el proceso es sencillo, a medida que un cuerpo recibe calor, su tensión superficial disminuye y con ello las moléculas tienden a aumentar su superficie, en otras palabras, el calor lleva a que un cuerpo que está en estado líquido pase a estado gaseoso.
Aunque abusamos del lenguaje técnico, vaporizar es un fenómeno común y ancestral en el universo, explicarlo agota pero al ponerlo en practica es mucho más fácil de entender.
Nadie inventó la vaporización, ésta le pertenece a las leyes de la física y aquellos que lo han comprendido se han valido de nuestro desconocimiento para desarrollar productos que no son incluyentes socialmente.
No hay ningún misterio en calentar y esto es lo que debe hacer un vaporizador, calentar sin sobrepasar la temperatura de ignición del material vegetal. No hacen faltan trucos extraños para arrastrar el vapor, ni líquidos refrigerantes, ni agua, ni ningún solvente, solo la planta y el calor.
Partamos de un punto: siempre hay alternativas, las soluciones definitivas son muy ortodoxas. Pipas, bong, cueros o narguiles, todas las opciones son bienvenidas, pero la vaporización ha sido ignorada y ningún método mencionado es eficiente para entregar los principios de las plantas sin contaminantes.
Si quitamos los termostatos y los aparatos sofisticados obtendremos un producto al alcance de todos. Solo basta reunir las plantas con los materiales adecuados y calentar, de esto se encarga Biovapo. El vaporizador Biovapo nace en un valle de esperanzas, con el deseo de que miles de personas en el mundo reduzcan su huella de carbono, dándole un nuevo aire a sus pulmones y también al planeta.
Biovapo ha empezado a dar sus primero pasos en Medellín, la ciudad que lo vio nacer. Como pocos profetas, ha sido aceptado en su propia tierra y nuevas fronteras comienzan a abrirse en nuestra Latinoamérica, cuyos primeros ejemplares ya van tomando vuelo. Esperamos ver a Biovapo dándole la vuelta al mundo.
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